El Caribe es un destino famoso por sus paradisiacas playas y sus puertos de descanso. Es probablemente la región en el mundo en donde más abundan los cruceros, de todos los niveles y para todo público. Tomar un crucero por primera vez, es verdaderamente una experiencia increíble, diferente y que a casi todas las personas les acaba encantando. La combinación entre comodidad y lujo es realmente especial. En los cruceros hay planes, actividades e instalaciones para todas las edades y todos los gustos. Si no has tenido la oportunidad, te motivo para que en tu próximo viaje te animes a vivir esta experiencia.
En el Mar Caribe conviven 23 países independientes y aún existen muchos territorios ocupados principalmente por países europeos, latinoamericanos y por los Estados Unidos. Tomando en cuenta solamente los países independientes, 13 son islas y los otros 10 están ubicados en la masa continental que rodea a este mar.
Probablemente las islas de más renombre son las Antillas Mayores, como Cuba, La Española (políticamente dividida en Haití y República Dominicana), Jamaica, Puerto Rico y el Archipiélago de Bahamas.
Hace unas semanas, me embarqué en un crucero desde Miami y tuve la oportunidad de visitar dos puertos de las Bahamas. Este grupo de islas estuvieron dominadas por los españoles y mas tarde por los ingleses, por lo que la mayor para de sus construcciones se remontan a esta época de esplendor colonial. Los ingleses tuvieron control de las Bahamas por mucho más tiempo, hasta que en 1973 pasaron a ser un país independiente y parte del famoso “Commonwealth Británico” (organización compuesta por 53 países soberanos que, con la excepción de Mozambique y Ruanda, que comparten lazos históricos con el Reino Unido. Su principal objetivo es la cooperación internacional en el ámbito político y económico).
FREEPORT, BAHAMAS
Mi primera parada fue en el Puerto de Freeport, ubicado en la Isla de Grand Bahama. Esta ciudad es la segunda en tamaño de todo el país, solamente después de Nassau. Las únicas actividades turísticas en Freeport son sus coloridas playas y sus áreas de buceo (reconocidas dentro de las mejores de todo el Caribe para ver tiburones).
Nosotros decidimos visitar una de sus playas y probablemente la más conocida: Taino Beach. Aquí tuvimos la oportunidad de rentar motos de agua, hacer un paseo en lancha, disfrutar de música local y jugar voleibol de playa. Es una playa pacífica y poco congestionada. Sus colores son hermosos, intensos y penetrantes.
Después del almuerzo, decidí caminar a lo largo de la playa para ver si podía tomar algunas buenas fotografías y me encontré varias aves en mi camino y este puente abandonado que me encanto. ¡Logre tomar fotos de postal!
Si son amantes de la fotografía, nunca dejen su cámara. Créanme, yo hasta la playa la llevo y miren lo que conseguí…
NASSAU, BAHAMAS
La capital de Bahamas, a diferencia de Freeport, ofrece una variedad mucho más grande de actividades. Les voy a narrar mi día en Nassau, porque hay muchos cruceros que paran en esta isla y los viajeros literalmente desperdician su valioso tiempo. Fue una parada que a mi me encanto y siento que mi itinerario estuvo muy completo.
Si vas a parar en Nassau, no dudes despertarte temprano a ver el amanecer y la llegada del crucero a puerto. La llegada a Nassau ha sido una de mis favoritas de todo el Caribe. Salí a cubierta alrededor de las 5:30am (la hora de despertar depende del itinerario de cada crucero y del amanecer).
Apenas estaba amaneciendo y en el horizonte, la silueta del grandioso Hotel Atlantis. Poco a poco nos íbamos acercando y el amanecer nos empezaba a regalar un verdadero espectáculo. El colosal Atlantis ya estaba mucho más cerca y algunas embarcaciones locales comenzaban a salir rumbo a mar abierto (probablemente de pesca o excursión).
También a lo lejos se empezaba a ver el área original del puerto, con edificios y construcciones muy coloridas.
Después, rodeamos el faro que indica la entrada a la Bahía de Nassau y los colores eran cada vez más intensos.
Al fondo, se veía un crucero que parecía haber llegado horas antes.
Antes de mi llegada a las Bahamas, había leído mucho sobre ellas y mientras más nos acercábamos, a través de su geografía empezaba a conocer la situación de la ciudad. Nassau es una ciudad dividida por dos islas. Una de las islas es la de Nassau Antigua, donde floreció la colonia cuando la isla de enfrente estaba deshabitada. En esta isla despoblada, se decidió hacer un proyecto para atraer turismo a las Bahamas y se le llamó “Isla Paraíso”, donde se construyeron casinos y hoteles lujosos principalmente por inversionistas norteamericanos. A finales del Siglo XX, a uno de estos hoteles se le llamó “Atlantis”, después de la construcción de sus principales torres y desde ese entonces a través de los años, se ha distinguido como uno de los resorts de más renombre a nivel mundial.
Después de haber presenciado un amanecer increíble, decidí bajar a puerto para disfrutar de todas las maravillas que había leído de este lugar. Lo primero que hice fue tomar un taxi al Hotel Atlantis en la Isla Paraíso y mi plan era regresar caminando desde allá hasta el puerto.
Cuando llegas al hotel, necesitas comprar un boleto para visitarlo. La entrada es bastante costosa y existen diferentes paquetes, dependiendo si quieres tener acceso o no al parque de agua (toboganes y albercas).
Yo compré el paquete sencillo para visitar el hotel y al ser tan temprano, 8am, todavía no revisaban y pude entrar al parque de agua y albercas sin problema.
Estuve visitando el hotel por aproximadamente 3 horas y es verdaderamente fascinante. En su interior tiene muchísimos salones distintos, aunque todos decorados de la misma forma, con estatuas, cuadros, fuentes y todo tipo de adornos conmemorando al océano. Es un hotel realmente especial y diferente. También en su interior puedes encontrar decenas de peceras con todo tipo de peces y otros animales marinos.
En el exterior del hotel, verás muchas albercas y toboganes, pero si no tienes tu pulsera que incluye estas instalaciones no les podrás dar uso. Aunque dar un paseo por estas áreas merece la pena, puedes caminar hasta la playa o descubrir que animal marino habita en cada una de las piscinas artificiales de agua salada que se exponen en el exterior del hotel.
La visita al Atlantis es obligatoria para todas las personas que viajan a Nassau.
Al término de mi visita, después de disfrutar de una cerveza helada en uno de sus múltiples bares, deje atrás el Atlantis para recorrer un poco de la Isla Paraiso. En la marina aledaña al hotel, vi algunos yates lujosos y en sí el lugar es muy bonito, adornado con sus construcciones coloridas.
Después, en mi caminar de regreso crucé uno de los dos puentes que conectan a las islas y desde aquí tuve un panorama increíble de la Bahía de Nassau, la Isla Paraiso y Nassau Antigua.
Es interesante, aunque una experiencia fuerte, ver el contraste de lujo y pobreza que existe entre ambas islas, más cuando comienzas a acercarte a la isla original. El cruce de este puente es uno de mis mejores recuerdos de Nassau.
Lo primero que tienen que visitar al llegar a la zona antigua es el cañón y las escaleras de Queen’s Staircase. Este sitio tiene una leyenda interesante que te pueden contar los lugareños cuando lo visitas y es un lugar muy bonito que la mayor parte de las personas que viaja a Nassau no visita. A mí me hizo sentir en medio de la selva y no se porque, pero en algún lugar de Asia o Centroamérica. Vale mucho la pena y puedes tomar unas fotografías espectaculares.
Al subir las escaleras llegas a una fortaleza pequeña, en donde puedes subir para tener una vista de Nassau Antigua. Igual es el lugar donde encontrarás las artesanías más clásicas de Bahamas.
Después de esta visita te recomiendo bajar hacia el puerto por sus calles y callejones para que te des una idea de como vive realmente la gente en esta capital caribeña. Por último, te recomiendo pasear por las calles cercanas al puerto; allí encontrarás tiendas, construcciones coloniales clásicas y edificios administrativos.
Cuando subas al barco, te darás cuenta de que tu día en Nassau fue realmente productivo e independientemente de si te haya gustado o no, al hacer esta ruta aprendiste acerca de la geografía, cultura e historia de la ciudad y de su gente.
No olvides aprovechar la salida del barco nuevamente desde cubierta para que al pasar de nuevo por el faro, aunque en esta ocasión para salir de la bahía, te despidas de la mejor manera de Nassau, admirando como poco a poco la silueta del Atlantis desaparece en el horizonte.
Por Santiago Maciel Cámara | 11 de Julio, 2019